Información del Centro


Reseña Histórica

El Centro Educativo San Pedro Apóstol comenzó a funcionar en 1951 en la calle Colón donde antiguamente estaba la Casa Juvenil Inmaculada Concepción en la ciudad de San Pedro de Macorís. Su segunda apertura fue con las Monjas de Perpetuo Socorro, siendo su primera directora Sor Lucia de Jesús.

En ese entonces funcionaba de 1ro. a 8vo curso de básica, posteriormente asumieron la Orden de los Franciscanos Capuchinos menores hasta que en el 2001 el Centro Educativo pasa a ser dirigido por la Diócesis de San Pedro de Macorís, siendo nombrado como director administrativo el Padre Christofer Hartley.

En la actualidad está ubicado en el sector Villa España, calle principal, manzana no. 63, la calle principal al norte de la ciudad de San Pedro de Macorís. Dicho sector posee una población que va creciendo, de dominicanos (as) el nivel educativo, es alto y de clase media-alta, transporte propio, zona de progreso económico, bellas residencias.

El Centro Educativo San Pedro Apóstol es una institución cristiana católica, propiedad de la Diócesis de San Pedro de Macorís, que tiene como obispo a Monseñor Francisco Ozoria Acosta al frente.

Su autonomía data de Septiembre de 1986 por Resolución no. 1049/86 de la Secretaria de Estado de Educación.

Posee una matrícula de 621 estudiantes, tiene 26 docentes, un director, subdirector, es semioficial, pertenece al Distrito Educativo 05-02.



Filosofía

Nuestro proyecto educativo tiene como referencia fundamental la concepción católica de la educación cuyo centro es el señor Jesús. Procurando orientar el proceso educativo para que los alumnos (as) aprendan a pensar, sentir, y actuar según el evangelio, viviendo según la opción de su vida como ser social.

Una educación centrada en la persona entendida, esta como un ser libre, responsable y única, capaz de hacer opciones libres y justas en relación con Dios, consigo mismo y con el universo.

Una educación que valore la persona reconociendo su dignidad humana, descubriendo su valor particular y autónomo, como su sujeto llamado a la trascendencia, con una misión particular en la vida a la que está llamada a desarrollar sus peculiares potencialidad.




Misión

La Formación integral de los estudiantes en sus aspectos humanos, religiosos, intelectuales, afectivos y sociales desde el Espíritu Evangélico. Fomentando la apertura, la creatividad, laboriosidad para que puedan contribuir al mejoramiento de la calidad humana, familiar, social, política de la nación dominicana en el marco del humanismo cristiano.


Visión


Se inicia en una educación católica, humana, integral, centrada en la persona en el marco de la comunidad educativa. Fomentando en nuestros alumnos (as) la solidaridad, la verdad, la justicia, la paz, capaz de transformar su vida y su entorno.




Principios y valores que fundamenta nuestra institución
               
El pluralismo de nuestra sociedad hace necesario que las personas y las instituciones se definan, y que cada colectivo exprese claramente los rasgos característicos de su identidad.

La diversidad existente entre las múltiples concepciones del hombre, de la vida, del mundo y de la misma sociedad, provoca una evidente diversidad de propuestas educativas.


→ Somos una comunidad educativa cristiana católica y evangelizadora.

→ Deseamos formar a nuestros alumnos con la visión del hombre que plantea la iglesia Católica en el Concilio Vaticano II en los documentos de la iglesia Latinoamericana.

  Procuramos construir una comunidad educativa que promueva la formación de personas, Favoreciendo:

a) Un creciente desarrollo integral y armónico, considerando sus dimensiones: Intelectual, Valórica, Afectiva, Social, Vocacional y Trascendente.

b) Una adhesión a la persona de Jesucristo y a la Iglesia Católica, con la espiritualidad que pone énfasis en la unidad, la disponibilidad y la entrega generosa, principalmente hacia los demás necesitados.

c) Una actitud fraterna, solidaria, participativa, sencilla, respetuosa, leal y pluralista.

d) Una capacidad de comprometerse libre y responsablemente en la búsqueda constante del amor, la verdad y la justicia, de manera que sean agentes positivos de cambio en la sociedad, sensibles a los signos de los tiempos tolerantes frente a las debilidades de las personas y críticos frente a las situaciones de injusticia, opresión o destrucción de la naturaleza.